Hemos podido ver en primicia Escape Room, el nuevo thriller de pseudo terror de Adam Robitel, director de la segunda parte de Insidious. Al margen de otra película llamada The Taking, nos encontramos con un director prácticamente novel. Sus tres películas han sido recibidas con el mismo grado de entusiasmo: rallando la mediocridad, pero sólidas.
La trama cuenta con la mano de Bragi F. Schut, que quizás os suene por ser el responsable del guión de En Tiempo de Brujas, una película totalmente prescindible de no ser porque suma una considerable cantidad de memes al meme viviente que es en sí mismo Nicolas Cage. A pesar de que Bragi figura como creador de la historia y guionista principal, también aparece como colaboradora María Melnik, escritora esporádica de algunos episodios de tres grandes series como son: Black Sails, Counterpart y American Gods. Sospecho que los puntos fuertes de esta peli en realidad tienen su firma y no la de Bragi.

Los personajes se nos presentan al igual que como se soluciona un puzle, por piezas, fragmentos sueltos en el tiempo que nos van dando información de los mismos, a veces incluso después de muertos. La verdad es que la película se esfuerza por salirse un poco de los clichés dearquetipos del género, pero quizás demasiado, y acaba cayendo en representar tópicos maquilladísimos. Encontramos a la cerebrito semi marginada (Taylor Russell), al joven depresivo alcohólico post-grunge (Logan Miller), al empresario de éxito con ínfulas de superioridad (Jay Ellis), al cuarentón sin sentido común amargado por la rutina (Tyler Labine), a la veterana de guerra con TEPT (Deborah Ann Woll) y al adolescente friki-gamer indio (Nik Dodani). Las actuaciones están en el margen de lo aceptable, no se les puede pedir mucho más porque los personajes son bastante planos y cojean mucho cuando intentan darles una profundidad que no se sostiene, pues estamos hartos de ver estos modelos ya tan trillados en el cine de su mismo género.

SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ
La producción es la pertinente de un blockbuster. Mucho dinero por detrás y con pretensiones de saga, por lo que de primera mano no debemos intentar conseguir nada más de su visionado aparte de pasar un buen rato. De hecho, los puzles de las “escape room” se presentan sumamente entretenidos e intensos hacia el final de cada prueba. Por esto me da tanta pena la ejecución final de la trama, que insulta al espectador directamente desde un punto de superioridad moral e intelectual que deja un final frío, insípido y metido a presión para poder continuar la trama con una segunda parte absolutamente innecesaria. Esto quizás venga de la influencia que han ejercido películas como Saw o Cube (y quizás se atisba algo de Destino Final) en este film. A diferencia de estas sagas, en las que los protagonistas se enfrentan a un villano que es superior a ellos en todos los sentidos y el ganar es absolutamente imposible, aquí encontramos un escritor ceñido a un PEGI-12, lo cual le resta impacto al apartado gore heredado de Saw, y sobre todo omite la lógica y originalidad de la crítica socio-política que presenta Cube. Nos presentan los personajes separados en dos grupos. El primer grupo de tres personajes, en los que más se profundiza en su vida al margen del juego y los primeros que se nos presentan, serán los que lleguen vivos a la etapa final del film. Esto crea un ambiente constante de extrema previsibilidad del cual intenta escapar con algunos plot-twists totalmente estériles que sólo decepcionan más.

En resumen, Escape Room es una película que no arriesga y que devalúa al nivel de entretenimiento palomitero al cine. No es más que ruido blanco, pues carece de profundidad y mensaje alguno.
Lo bueno
Los puzles que integran las fases de la “escape room” son genuinamente entretenidos, si consigues separar su naturaleza de blockbuster y omitir el final, puede que pases un buen momento intentando resolver los acertijos con los protagonistas.
Lo malo
El apartado técnico de la película es extremadamente mediocre, se nota que no se ha tratado con nada de cariño y esfuerzo. Desde la dirección, pasando por la fotografía, el montaje, la dirección de actores o el guión más allá de las salas. Es un film completamente plano, hecho por y para conseguir dinero rápido y establecer los pilares para conseguir la mayor cantidad posible en el futuro.
Nota: 4/10