El cine español cada vez esta más presente en las carteleras españolas con historias llenas de emoción, amor juvenil y un toque de acción, estos son los argumentos que nos ofrece la nueva película de Daniel Monzón “Las Leyes de la Frontera”, una versión española de Bonnie and Clyde.
La historia comienza en el verano de 1978. Ignacio Cañas, un estudiante introvertido y algo inadaptado, tiene diecisiete años y vive en Gerona. Al conocer al Zarco y a Tere, dos jóvenes delincuentes del barrio chino de la ciudad, se ve inmerso en una carrera imparable de hurtos, robos y atracos que se prolongará durante todo el verano y que cambiará su vida para siempre. Las Leyes de la Frontera es la historia del verano en el que Ignacio se hizo mayor, transgrediendo constantemente la frontera entre dos mundos, cruzando la línea que hay entre el bien y el mal, entre la justicia y la injusticia.
La película nos devuelve al verano de 1978, a una España en la que se abría paso la democracia entre desequilibrios del pasado. Basada en la novela de Javier Cercas, suponía el reto de regresar a un país que todavía no había afrontado su modernización pero que vivía ya esos primeros soplos de libertad

La historia que vemos a lo largo de las dos horas de metraje va de menos a mas con un chico inadaptado que pasa de trabajar en unos recreativos a ser miembro de una banda que roba pastillas y bancos cruzando una linea de la que es difícil salir cuando la cruzas, pero que está endulzada con el amor juvenil que sucede a lo largo de la trama, pero también sacando temas de la época como los porros, las bandas juveniles y la transformación de una sociedad que pasa del franquismo a los inicios de la democracia donde de estos poblados de la miseria surgieron los quinquis, chicos y chicas casi adolescentes que, conscientes de la injusticia de sus circunstancias, decidieron vivir al margen de la ley, cogiendo a la fuerza lo que sentían que también debía ser suyo. Viviendo deprisa y muriendo deprisa.
El género del cine quinqui supuso para la época de la transición lo que el western o el cine de gángsters supusieron para el cine americano: una mitificación romántica de la figura del delincuente como héroe de leyenda, sólo que con características profundamente arraigadas en nuestra realidad más reconocible y cruda. Con aroma de cine de denuncia, con dosis de acción inusitadas para la época y con una crudeza de contenido y formas que aún hoy resulta dura de digerir, todas estas películas llenaron los cines de barrio con millones de espectadores que animaban exaltados los golpes del Vaquilla, el Jaro o el Torete.
La película ofrece un viaje por un mundo de criminalidad a través de la Banda del Zarco metiendo al espectador en ese viaje en el que tendremos que decir si seguir siendo un inadaptado o salir a la aventura metiéndonos en burdeles, bancos, juzgados, barrios y casas.

Daniel Monzón creador de películas como Celda 211 o El Niño ahora nos trae una versión española de Bonnie and Clyde con Las Leyes de la Frontera recreando un viaje de amor y bandalismo que enganchara al espectador gracias a las interpretaciones de sus protagonistas sobre todo con la Marcos Ruiz cuya transformación de inadaptado a criminal es muy interesante y de lo que somos capaces de hacer por encajar y ser fuerte y no dejarnos pisotear por nadie, pero también la decisión de cruzar o no cruzar la linea del bien y el mal por meterse en un mundo que al principio es duro, pero que con la adrenalina cada vez más le gusta y hay un momento en la película que el personaje de Chechu Salgado que es el líder de la banda le dice a Marcos y es que esa vida no es para él y este le dice que es la única vida que quiere.
Otro de los personajes fundamentales en la trame y en esa transformación y que hace que Marcos Ruiz viva es el personaje de Begoña Vargas que hace de compañera de aventuras, pero también del amor y que le hace vivir cosas que jamás pensaría vivir.
En definitiva, Las leyes de la frontera es una historia de amor a tres bandas: misteriosa, bellísima, triste, profunda, de las que dejan huella, de las que no se olvidan. Una historia contada con las maneras de un thriller y el trasfondo histórico de la transición, en pleno verano de 1978, cuando toda una sociedad trataba de empezar a recorrer un nuevo camino con el pesado lastre de cuarenta años de represión, pero también es el testimonio del tránsito por la pubertad de un adolescente de dieciséis años, del primer deseo sexual y del amor mezclado con un viaje lleno de bandalismo, cervezas y porros.
Lo Mejor: El viaje que proporciona la película, El Trio formado por Marcos Ruiz, Chechu Salgado y Begoña Vargas, La Banda Sonora y la Fotografía
Lo Peor: Demasiado juvenil en ciertos tramos, que los mas jovenes puedan perderse por lo que sucede ante sus ojos
Nota: 7
A continuación os dejamos el trailer de la película que llega hoy a los cines